EL ALMA ES DULSE: CANCIONES DE LOS SEFARDÍES (2001)

Son dieciocho los temas incluidos en este libro-disco de Joaquín Díaz producido y editado en 2001 por TF. Media y Diseño S.A. Luis Delgado es el técnico de sonido de un trabajo grabado en su Museo de Instrumentos Musicales (Urueña) y en cuya instrumentación intervienen, además de Joaquín (voz y guitarra), Javier Coble (piano), Diego Galaz (violín), Jaime Muñoz (cálamo, flauta travesera y clarinete), Cuco Pérez (acordeón) y el ya mencionado Luis Delgado (laúd, saz, trompa marina, tar, daff, bendhir y matraca). Transcribimos a continuación parte del preámbulo de este libro de Joaquín Díaz:

Mi primera visita a Nueva York, allá por el año 1967, incluía, entre los momentos más atractivos, una entrevista con Moses Asch, viejo sindicalista y luchador por las libertades y, sobre todo, alma mater de un sello discográfico llamado Folkways Records, en cuyo catálogo se incluían grabaciones documentales de etnias y grupos insólitos.

La entrevista, no hay que decirlo, fue provechosísima para mí, además de una espléndida oportunidad de conocer de primera mano cómo se podía hacer una gran labor con mínimos medios. A la salida del despacho de Moses Asch éste me entregó una colección de discos entre los cuales se encontraba uno que justifica todo este preámbulo: «Sephardic Songs, by Gloria Levy» (Canciones sefardíes por Gloria Levy). Tan pronto como pude escucharlo quedé admirado de que un ama de casa sefardí hubiese sido el punto de mira de los responsables de la casa Folkways, habiendo tenido oportunidad de elegir a alguien más «profesional».

Cuanto más lo oía más se me parecían las canciones a esos retazos de romances que ya había tenido oportunidad de recoger en algún temprano trabajo de campo y que, sin embargo, hasta aquel momento no me habían parecido merecedores de una grabación seria, a través de la cual pudiesen entrar en el futuro. Esta perplejidad duró poco y decidí incorporar al repertorio que normalmente interpretaba en recitales una de aquellas piececitas tan sencillas y agradables; elegí el tema «Abridme Galanica» y sobre él hice un pequeño arreglo.

Pinchando en cada uno de los títulos es posible escuchar la canción correspondiente, así como acceder a la ficha con los principales datos de cada una. Incluimos también el texto que sobre cada tema aparece en el disco-libro.

1.- La calleja de Matalón

El enamorado ha convertido la calle de su amada en escalera cuyos peldaños sube y baja hasta perder la vida. El deseo de verla más cerca le lleva a decir que se va a poner gafas para así poder estar más cerca de su belleza.

2.- La comida

Es un diálogo entre madre e hija, ésta pide comprensión a aquélla hacia su inclinación amorosa, que ya le pide matrimonio. La madre se burla, y la hija le recuerda que, en su mocedad, también conoció a su padre y le amó. La madre le contesta que esos eran otros tiempos y otras personas, más firmes en los sentimientos.

3.- Te esperí

La canción recoge los reproches que el enamorado hace a su amada por no aceptar sus emociones.

4.- Como la rosa en la huerta

Aunque las dos estrofas de este texto parecen proceder de diferentes fuentes, ambas tienen el mismo sentido: la muerte la produce una enfermedad corporal y un amor no correspondido. Así lo pueden leer los jóvenes en el epitafio.

5.- Pregonadas son las guerras

El tema de la joven que se viste de varón y va a la guerra es universal. El motivo, en este caso, es la maldición que echa un un padre de familia a su mujer por no haber tenido más que hijas y no haberle dado un varón que, siendo él ya anciano, hubiese podido representar al apellido de la casa en la leva del monarca. Una de las jóvenes se ofrece a vestirse de hombre y sustituir así al deseado varón, cosa que hace admirablemente hasta que sus propios atributos físicos la ponen en evidencia, enamorando con ellos al hijo del rey.

6.- Como el pájaro que vola

Algunas de las más bellas canciones de amor compuestas por mujeres en el siglo XIX están en el repertorio judeo-español. Ésta, recogida por Isaac Levy en su cancionero, podría ser una de ellas.

7.- Yo hanino, tú hanina

Hanino significa blanco de piel, pero también gracioso. El enamorado imagina la belleza que tendrán los hijos de dos personas hermosas.

8.- Yo me acodro

Otra bellísima canción de desamor compuesta por una mujer. La emoción y la tensión lírica se evidencian en ese «Quién me va a querer», al que le condena su propio amor, que la incapacitan para amar a otra persona.

9.- Escalerica de oro

Kidushim es la bendición nupcial y mazal la suerte que los astros conceden a cada uno. Por eso se decía a veces en la boda «Para mazal bueno, bueno y claro, bueno y cumplido», para desearle lo mejor a la novia y al novio.

10.- Una hija

De nuevo una canción con el amor contrariado como tema. A veces la familia o las circunstancias pueden presentarse como elementos disturbadores de unas relaciones apacibles y afectuosas.

11.- Jian Lorenzo

La historia de Juan Lorenzo de Acunha, hidalgo y caballero portugués, podría subtitularse «El caso del marido con los cuernos de oro». Juan Lorenzo estaba casado con Leonor Téllez de Meneses, pariente suya, quien comenzó a sufrir un acoso por parte del monarca portugués Fernando I, apodado «el Gentil». Parece que, una vez que Leonor estuvo segura de las intenciones del rey, resolvió aceptar las cosas como venían y decidió por propia voluntad separarse de su legítimo esposo aduciendo que había ido engañada al matrimonio, pues Juan Lorenzo no le había descubierto a tiempo su parentesco ni se había pedido en ningún momento las correspondiente licencia de Roma.

La separación parecía el mejor camino y el destierro feliz la mejor solución para el marido engañado, evitando así finales más cruentos que habrían podido estar en manos del rey. El problema es que Fernando I ya había hecho acuerdos con el rey castellano Enrique para desposarse con una hija de éste. La reclamación escrita del de Trastámara fue desoída por el portugués con la excusa de que mal podía haber llegado a él ese acuerdo si ya estaba prometido a la Téllez de Meneses en la época en que, según el español, se había llegado al compromiso de ligar las dos personas reales. La versión que aquí se ofrece parece una revisión popular del hecho, lo que la confiere el tono bruñido de aquello que se ha usado mucho y muchas veces.

12.- Puncha puncha

Una vez más, el dolor del amor desesperado, del sentimiento contrariado, aquí comparado al pinchazo de la espina del rosal, lacerante y violento.

13.- Por la tu puerta

El diálogo entre dos enamorados desvela la cambiante alternativa de los sentimientos. El novio imagina que ha besado la boca de su amada al colocar los labios sobre la cerradura de su puerta. Ella, segura de la disposición de aquél, le dice que va a atesorar su cariño en lugar seguro: le tiene protegido como el dinero en el banco. La última estrofa, que parece proceder de otro tema, es como un reproche: tienes ojos negros pero me muero por los azules y si veo unos verdes hago un hoyo y me entierro.

14.- Hermanas reina y cautiva

Éste es un romance en el que puede adivinarse la deuda mutua que tienen españoles y sefardíes. A los primeros hay que agradecer el que crearan una hermosa tradición de héroes, aventuras y comportamientos arquetípicos y a los segundos por haber adoptado esa misma tradición, haberla mantenido pese a las adversas circunstancias y haber sido fieles a una lengua familiar a la que llegaron a considerar propia.

15.- Tres clavinas

Una canción más de contenido amoroso en la que las estrofas se van engarzando tan sin sentido como el amor y la desgracia llegan.

16.- El caballo robado

Este romance me parece, por su temática -el caballo robado como único motivo para ser ahorcado- y por su rima, uno de los más antiguos que conozco. La descripción del momento en que el noble condenado a muerte contempla la puesta del sol desde su prisión y se tropieza en su mirada con el carpintero claveteando la horca, es altamente dramática y un ejemplo de la belleza profunda e indescriptible de la creación poética popular.

17.- Canción de Purim

La fiesta de Purim tenía para los judíos un momento similar a la Semana Santa para los cristianos. En él se agitaban con fuerza las matracas -en el caso de los sefardíes para manifestar su indignación contra Amán, el genocida- y los martillos de madera creaban una confusión y una algarabía deseadas. Aquí, el ruido de esos martillicos se compara con el golpe que daba el sereno con el chuzo para marcar las horas (el pazvan con el toyaka).

18.- Quien supiese

Una canción acumulativa en la que se iban cantando y descantando los números correspondientes a personas o cosas que convenía que los niños recordasen.

En el siguiente documento podéis acceder a la letra de todos los temas:

Os dejamos, para finalizar, con tres recortes de prensa relativos a la publicación y presentación de «El alma es dulse».

«Diario de Valladolid» (22-11-2001)

«El Día de Valladolid» (22-11-2001)

NOTA: Actualización de la entrada originalmente publicada en “Cancionero de Romances” el 26 de junio de 2012.

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