Aquí tenéis una nueva entrega de la colección de comentarios que el propio Joaquín Díaz está realizando, en exclusiva para nuestro blog, sobre todos sus trabajos discográficos. Ha llegado el turno a «Canciones infantiles» (1972).
Os recuerdo que también podéis acceder a él mediante la entrada correspondiente de la categoría “Joaquín comenta su obra”.
Bajo el título “Del Cancionero Tradicional” y con el número 2 (no saldrían más porque a partir de ahí me dediqué a grabar discos monográficos y preferí no numerarlos ni incluirlos en un corpus general), se editó este disco dedicado al repertorio infantil.
Mi primera idea fue que cada una de las caras fuera una especie de “suite” en la que se desarrollaran los temas elegidos, llevados a una misma tonalidad. Me desanimó el encargado de hacer los arreglos, el director de orquesta Rafael Ferro, para quien era más sencillo dividir por canciones y arreglar cada una de ellas por separado. Aun así, algunos de los temas, que yo ya cantaba “engarzados”, se quedaron unidos.
Rafael llamó a algunos músicos de los que trabajaban habitualmente en sus grabaciones orquestales (y también en los discos que había arreglado para Julio Iglesias, para Karina, para Mocedades, etc.), de modo que entraron como guitarras Miguel Iniesta y Martín Carretero, a la flauta volvió Andrés Carreres, al corno inglés Miguel Sáez, en la trompa Francisco Bruguera, al bajo Eduardo Medina, al violoncello Quintanilla y a la percusión Santiago Rico y Félix Puertas. No recuerdo bien por qué se eligió a Rafael pero la verdad es que hizo un trabajo muy hermoso y me gustó el tratamiento que dio a las canciones.
Se grabaron primero los instrumentos (estábamos en el estudio de Audiofilm) y para servir de guía a los instrumentos, que se grabaron todos al mismo tiempo, yo iba cantando mi parte en cada tema. Cuando llegó el momento de poner la voz resultó que prácticamente estaba cantado el disco porque nos gustaba a todos cómo había quedado la grabación que había servido de referencia a los músicos.
A propósito de los músicos tengo que decir que me sorprendía mucho los celos y recelos que se daban entre ellos como profesionales pero más aún que se obligasen a trabajar para algún cantante famoso con quien firmaban contrato en exclusiva. Cuando hicimos el disco “En viaje”, Santiago Reyes y Reggolí estaban en exclusiva con Raphael, y la peor broma que podías hacerles era gritar en medio de una grabación “¡que viene Raphael!”, momento en que ellos se tiraban debajo de los asientos instintivamente pensando en que el cantante les iba a ver allí, trabajando fuera de contrato.
El productor del disco, como en los dos anteriores, fue Gonzalo de la Puerta y el técnico de sonido Juan Vinader, que todavía estaba en Audiofilm antes de pasar a Sonoland, unos estudios que marcaron época a partir del año 1975.
Joaquín Díaz (Septiembre 2012)