«Zamora canta a Joaquín Díaz» (2)

El homenaje a Joaquín Díaz del pasado 3 de diciembre de 2017, celebrado en el Teatro Principal de Zamora, fue todo un éxito y una jornada inolvidable. Seguimos repasando en nuestro blog algunos de los momentos más significativos del mismo (pincha aquí para acceder a la publicación de la semana pasada), y hoy lo hacemos inicialmente con un breve montaje basado en las fotografías que Emilio Fraile realizó durante el evento. Muchísimas gracias, Emilio, por la generosidad demostrada al cedernos este extraordinario material.

Transcribimos a continuación la reseña que sobre el homenaje a Joaquín ha escrito José Gabriel Sanabria:

En escasas ocasiones, la vibración y el sentimiento se unen para describir el entusiasmo y la emoción que se vivieron en el teatro Principal de Zamora la noche del 3 de diciembre en el concierto «Zamora canta a Joaquín Díaz». Esos instantes quedarán para siempre en el alma de quienes aman la canción popular y los ecos de raíces que reverberan aún en pleno siglo XXI.

Encontrar el nombre exacto de las cosas que allí sucedieron es tarea imposible. La sustancia de todo lo vivido por Joaquín Díaz se sintió encima del escenario, por el que aparecieron múltiples artistas que, con formas musicales diferentes, se acercaron a la obra impagable del maestro. Un acontecimiento decisivo, sencillo y obligado, para reconocer su incesante entrega a rescatar lo que sin él se hubiera perdido para siempre y reconocer a quién tanta gloria ha repartido alrededor. Hasta se le pudo escuchar al final en un canto de aroma pastoril jugando con su voz indeleble la tonada «Ya se van los pastores» con emotivo misterio.

Para los inicios se escuchaba en off «Avridme Galanica» que iniciara su primer disco «Recital» de 1967 con la portada de éste y de «Recuerdo y profecía por España» de 1977, junto a otras imágenes y el lema de la gratitud impregnando la escena, en una foto imitando la de la portada de los últimos recitales situada esta vez mirando al propio teatro.

Lucía Gonzalo con su eléctrica trajo un «Ramo verde» que perdurará más generaciones. La banda de Rock El lado oscuro de la broca situó el frente de Gandesa en un mestizaje insólito. Cerrando el primer tramo Diego Rubio se esmeró con su marimba en dejarnos unas prisons de Nantes de virtuosismo. Varios músicos jóvenes de la banda municipal de Zamora regalaron la marcha al Cristo de la Sangre, y el himno de la Concha, sonidos en el recuerdo de la infancia de Joaquín. La Camerata Primo Tempo aseguró armonías celestiales con sus 27 voces en su «Dónde vas Adelaida», y Natalia Zapatero al piano extrajo un «Caminito de Avilés» sentimental, enraizado en la música de los antepasados asturianos de Joaquín.

Para el tercer tramo Luis Delgado y César Carazo (de los músicos de Urueña) trajeron auroros navideños con instrumentación y voz radiantes. El dulzainero madrileño David Huerta y el redoblante Javier Laguna, dejaron el Via Crucis de Fresnedillas de la Oliva, pieza del disco dedicado a la música tradicional de Madrid de 1986. María Salgado con voz cálida, acompañada de Cuco Pérez al acordeón y Gaspar Payá a la guitarra se acordó de «Adio Querida» variado a «Adio Querido», tema sefardí recogido por Manuel Alvar, que conjuga conmoción en el texto y dificultad en su canto.

Vanesa Muela desde un vídeo unió otro rasgo sefardí en «Axerico de quince años» con voz aterciopelada. Kepa Junquera a la trikitixa tuvo en cuenta la herencia de su abuelo, su madre y a Joaquín con quién grabó en 2005 en su Dendrolatrías, demostrando maestría inusitada. Alberto Jambrina y Pablo Madrid se marcaron unos ensimismantes corrido y jota de Vigo de Sanabria recogidos a Andrea Morán, informante años atrás del propio homenajeado. Carlos Beceiro al cistro y Jaime Muñoz a la flauta del grupo La Musgaña, rescataron su Rogativas de Valdestillas junto a una premonitoria despedida a los pastores.

En la recta final Eliseo Parra a la guitarra con su magnífica voz, desde otro vídeo saludó cantando «La zorra» del cuarto disco del Cancionero Infantil de 1985. Los hermanos José Manuel y Eva Tejedor junto a Rubén Bada se acercaron al romance del arriero de Bembibre del Cancionero de Romances de 1977, con notable energía. Luis Santana, barítono zamorano, hizo un épico «Tio Babú». David Rivas al piano y Luis Antonio Pedraza a la flauta y tamboril estrenaron un brillantísimo «Para Joaquín». Amancio Prada cerró con hermosura y un intenso abrazo el concierto. Su expresividad fluyó en el romance «El enamorado y la muerte» musicado por Joaquín y resonó en el estreno de los versos dedicados a los puentes de Zamora de Blas de Otero. Amancio destacó la excelencia, la discreción y la capacidad de melodista de Joaquín Díaz junto a su sencillez y afán persistente.

Al concluir, casi sin palabras, Joaquín pudo dar gracias a la ciudad por haberle dejado nacer allí y cantó ese «Ya se van los pastores» con todos los músicos y el público entusiasmados, muestra de lo hermoso conseguido por un artista infatigable que con su honestidad consigue emociones infinitas.

Fotografía: Juan Bosco Hormaechea

Sólo nos queda, para finalizar la entrada, recomendar el acceso a la información que al respecto de este evento se ha ido publicando en días pasados en «La Opinión de Zamora» (pincha aquí o acá). Aconsejamos especialmente la lectura atenta del artículo de Luis Miguel de Dios (aquí) y el agradecimiento del propio Joaquín, publicado en el periódico unos días después del homenaje (acá).

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