El municipio salmantino de Peñaparda tiene una peculiaridad cultural muy interesante, el pandero cuadrado (o adufe), singular instrumento de percusión, ancestral y primitivo que se ha conservado milagrosamente hasta la actualidad junto a una variedad de melodías y bailes que constituyen el acervo musical del municipio y de la zona.
Si bien es verdad que el pandero cuadrado se ha seguido tocando en otras zonas de la Península Ibérica durante el siglo XX, también lo es que en ninguna de ellas se toca con porra o baqueta por un lado sobre la madera (los aros) y sobre la piel con la porra y por el otro lado con la otra mano.
Esto lo convierte en un instrumento único, un endemismo musical, que siempre han tocado las mujeres de Peñaparda aprendiendo cada generación de la anterior.
La Asociación «El Pandero Cuadrado de Peñaparda» celebra esta fantástica singularidad organizando una fiesta anual en la que -entre otros eventos- se hace entrega del pandero de honor, recayendo este año tal distinción en Joaquín Díaz, como podéis ver en el cartel sobre estas líneas y en las fotografías que incluimos a continuación, amablemente cedidas por Serafín Pedraza Pascual.
En la fiesta, que este año alcanzó su decimoséptima edición, han actuado numerosos solistas y grupos tales como Eliseo Parra, Rasha, Eduardo Laguillo, Judit Cohen, Las Adufeiras de Monsanto, Los Talaos, Mayalde, Iñaki Plaza & Band y Gabriel Calvo (protagonista del cartel también este año junto a La Fabulosa Retahíla y presente en tres ediciones anteriores).
Igualmente han tenido lugar conferencias impartidas por personalidades como José Ramón Cid Cebrián, Ángel Iglesias Ovejero, José Manuel Fraile, Judith Cohen, Juanjo Fernández, Juan Antonio Sánchez Hernández, Emiliana López León, Sabina de la Cruz, Tomás Acosta, Carlos Tomás Rodríguez Martín, etc.
El primer pandero de honor se entregó en la edición de 2006 al periodista Iñaki Peña, director del programa de Radio 3 Trébede. También se ha otorgado el galardón entre otros a Gabriel Calvo, Mayalde, Eliseo Parra, y a otras personalidades locales o instituciones.
Podéis leer a continuación el texto con el que Juan Antonio Sánchez Hernández, miembro de la Asociación del Pandero Cuadrado de Peñaparda, hizo entrega a Joaquín Díaz del Pandero de Honor correspondiente a la edición de este año.
Joaquín respondió que el honrado era él por inscribir su nombre en la nómina larga e ilustre de premiados, y en segundo término porque lo que le entregaban era más que un instrumento, era un símbolo. Recordó que los griegos llamaban simbolon» a una pieza de cerámica (a veces una teja del tejado de la propia casa) que, cuando un amigo salía de viaje se partía en dos y se le entregaba una parte. De ese modo, le serviría de recuerdo y si volvía le identificaría. Del mismo modo, el pueblo de Peñaparda le entregaba a Joaquín el pandero y él les dejaba el corazón.