
Comisariada por Joaquín Díaz y producida por la Fundación que lleva su nombre, la Sala Municipal de Exposiciones de la Casa Revilla de Valladolid acoge desde el pasado día 31 de agosto hasta el 9 de octubre de 2022 la exposición «EL CINE A LA MANO – 50 años de publicidad de cine (1920-1970)«.

Un buen número de carteles de mano, así como aquellos que acompañaban las carteleras para atraer y dar a conocer las proyecciones existentes -o de próximo estreno- en una sala determinada, muestran y buscan en los cada vez más lejanos recuerdos de todos aquellos que vivieron (vivimos) el cine únicamente en la gran pantalla.

Evocar aquellas sesiones de tarde o de noche en las butacas de madera, que hacían vivir la intriga, el terror, la aventura, lo religioso, el romance, los sueños… resultará un gran espectáculo para nuestra memoria, construida de retazos de nuestras vidas.

(Foto: DML)
La inauguración oficial de la muestra tuvo lugar el jueves 1 de septiembre, siendo protagonistas del evento Joaquín Díaz, Ana Redondo, concejala de Cultura y Turismo del ayuntamiento vallisoletano, y Pedro Ojeda, codirector del programa «Valladolid Letraherido», de la Fundación Municipal de Cultura de dicho ayuntamiento. Las fotografías que ilustran esta publicación recogen distintos momentos de la mencionada jornada.




Según Aristóteles, la verdad es la concordancia entre el pensamiento y el hecho real.
Pero cuando el ser humano confunde lo real con lo imaginado, la fantasía entra a disturbar esa concordancia. Cuando la imaginación empieza a funcionar después de que desaparezca el objeto real entra en juego la fantasía, de modo que la verdad y la ficción se distinguen con dificultad. He comentado muchas veces que en el mundo del relato, en especial en el del relato con tintes moralizantes, la clave para que funcionase la transmisión de los contenidos era la credibilidad, no la verdad, y de ese modo un hecho creíble, si se comunicaba con verosimilitud, tenía tanta validez como un hecho sucedido en la realidad. El periodismo del siglo XIX, adalid de la verdad, luchó con todas sus fuerzas contra las fake news de la época; contra las noticias falsas que basaban su atractivo en la facilidad de los ciegos copleros para hacer creíbles y aceptables los horrores y truculencias de una imaginación morbosa.
Cuando parecía que retrocedía el universo de esa imaginación mendaz y calenturienta llega un nuevo género basado en la reproducción de imágenes recreadas de forma artificiosa sobre una pantalla, en las que lo creíble volvía a tener protagonismo. Para hacer público, para publicitar ese nuevo género se crean modelos comunicativos en los que el papel y la ilustración -real o figurada- tienen una importancia decisiva. Se crea así en la población una necesidad de participar de alguna manera en aquello que se observa proyectado sobre una pantalla.
El hecho de que la palabra «pantalla» tenga una etimología tan discutible (unos la hacen proceder del cruce de las palabras catalanas pámpol y ventall, y otros de las lenguas clásicas con el significado de «una parte del todo») es un nuevo acicate para la imaginación que confunde de ese modo la ficción del contenido con la blanca falsedad del continente.
En cualquier caso, no sería obvio añadir que los «ventalls» (pliegos-abanicos catalanes) ofrecieron el color y la fantasía en sus pequeñas pantallas mucho antes de que se inventara el tecnicolor en 1916.
Finalmente ponemos a vuestra disposición la posibilidad de consultar y descargar el fantástico catálogo de la exposición.
