HOMENAJE A JOAQUÍN DÍAZ (58 FERIA DEL LIBRO VALLADOLID, JUNIO 2025)

La edición número 58 de la Feria del Libro de Valladolid finalizó el pasado domingo 8 de junio con un entrañable homenaje a Joaquín Díaz. El acto, que sirvió como clausura de diez días de intensa actividad cultural, reunió a admiradores, amigos y autoridades en el salón principal del Círculo de Recreo.

La ceremonia, presentada por la periodista y comunicadora Eva Moreno, fue presidida por el alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, y contó también con la presencia de la concejala de Educación y Cultura, Irene Carvajal. Carnero destacó la figura de Díaz como «uno de los grandes referentes culturales de Castilla y León», recordando además su reciente designación como hijo predilecto de la ciudad y la concesión de su nombre a una plaza de la ciudad el año anterior (pincha aquí o acá para acceder a las entradas correspondientes).

Joaquín Díaz, emocionado, agradeció el gesto del público y de la organización. En su intervención vinculó el honor recibido más a su «tesón o a la perseverancia» que a la calidad de sus ideas (no estamos muy de acuerdo con esta afirmación en la redacción de «Cancionero de Romances«). Confesó haber practicado «obsesivamente durante toda su vida» tres tareas: «leer, escribir y coleccionar libros«, afirmando que «no hay ningún objeto en el mundo que le guste más que un libro«.

Para Díaz, un libro no es un objeto cualquiera, sino «un objeto singular con multitud de contenidos e interpretaciones«, que a menudo «suele peregrinar gracias a la intervención de manos inocentes«. Compartió ejemplos de libros que han viajado hasta sus manos, como un curioso ejemplar en zigzag o «Leporello» con cromolitografías que perteneció a un conde italiano, un manuscrito con ceremonias de la catedral de Barcelona, o ediciones de bibliotecas notables. Describió la recolección de papel como «un vicio disculpable» y resaltó la «carga cultural, social y formativa» que llevan consigo los impresos populares.

Concluyó que «lo que da verdadero valor a un libro o a una biblioteca es la curiosidad o el interés con que sus propietarios adquieren y leen cada uno de sus ejemplares«, viendo el conjunto de libros de una persona como «un trasunto de su propio cuerpo y una representación de su carácter«. Agradecemos enormemente a Joaquín la cesión desinteresada a nuestro medio de este magnífico discurso, que ponemos a vuestra disposición a continuación.

El homenaje finalizó con una breve actuación del grupo de música tradicional Tahona, una de las formaciones clave del folk vallisoletano en el último medio siglo. Vemos a sus integrantes en acción en la imagen situada bajo estas líneas.

Apenas una hora antes del homenaje tuvo lugar la presentación de «50 años de música Folk en Valladolid«, una obra coral prologada por Joaquín Díaz y surgida precisamente del esfuerzo y dedicación de Miguel Ángel Rivera «Miche» y José María Rivera «Jos», dos de los componentes de Tahona. Publicado por el Ayuntamiento de Valladolid, el libro traza una panorámica completa del desarrollo del folk en la ciudad a lo largo de los últimos cincuenta años, desde sus primeros pasos en los años setenta hasta la actualidad.

La presentación, cargada de emoción y recuerdos, fue también un homenaje colectivo a quienes han mantenido viva la llama de la música de raíz en Valladolid: agrupaciones, solistas, investigadores y divulgadores que han apostado por conservar y actualizar el legado musical de la tierra. Ángel de Castro, coordinador del proyecto, destacó el espíritu colaborativo que ha guiado la recopilación de datos, entrevistas y material gráfico. “Este libro no es solo una crónica, es un acto de justicia cultural con decenas de músicos que han dejado una huella profunda en la identidad sonora de nuestra ciudad”, señaló.

Desde el Ayuntamiento se puso en valor el carácter patrimonial del proyecto, así como su capacidad para conectar generaciones a través de la música. “Hablar de folk es hablar de identidad, de territorio y de memoria compartida. Este libro recoge la banda sonora de muchas vidas vallisoletanas”, subrayó la mencionada Irene Carvajal.

La publicación, además de su aportación documental, constituye un testimonio afectivo que incorpora a quienes ya no están, consolidando su legado en un volumen que será referencia para estudiosos, músicos y amantes de la tradición. Un homenaje colectivo en forma de libro que pone en valor, desde sus páginas, la riqueza sonora de Valladolid.

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