EXPOSICIÓN «FABRICANTES DE TONADAS» (VALLADOLID, SEPTIEMBRE-NOVIEMBRE 2024)

La concejala de Educación y Cultura del ayuntamiento de Valladolid, Irene Carvajal, nuestro protagonista, Joaquín Díaz, y el coordinador del programa Valladolid Letraherido, Pedro Ojeda, presentaron el 18 de septiembre en la Sala de Exposiciones de la Casa Revilla la muestra «Fabricantes de tonadas: constructores de instrumentos musicales en Valladolid«.

Se trata de una propuesta organizada por la Fundación Joaquín Díaz y la Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Valladolid, que abrirá sus puertas con entrada gratuita hasta el 10 de noviembre (de martes a domingo y festivos de 12:00 a 14:00 y de 18:30 a 21:30 horas), con el propósito de reivindicar la obra y el legado de cientos de músicos que dedicaron su vida a la fabricación de instrumentos en Valladolid.

El recorrido reúne cincuenta piezas entre instrumentos, fotografías y objetos documentales desde 1750 y hasta 1945, con el objetivo de recuperar la memoria de aquellos músicos que desde la soledad de sus talleres o la comunidad de bandas, tunas, corales y rondallas crearon ritmos y sonidos durante casi dos siglos. Podemos ver algunas de ellas, ordenadas en función de su antigüedad, en el documento que la Fundación Joaquín Díaz ha puesto a nuestra disposición.

Del célebre Ángel Velasco, uno de los grandes dulzaineros de todos los tiempos, que con su ingenio renovó el instrumento en los tiempos de escasez de la I Guerra Mundial, al pastor trashumante de Cervillego Urbano Jiménez, que en sus largos desplazamientos fabricaba sus propios cencerros para identificar a sus animales. De Marcelino Soler, fabricante de pianos de la plaza de San Juan, que por su fama llegó a la Exposición Universal de Viena de 1873, a Fabián García Delgado, quiosquero en la plazuela de las Angustias que martirizaba a los vecinos de la calle de la Horma, a finales del XIX, con la pestilencia que desprendía al fabricar cuerdas para guitarras y violines con tripas de animales.

Durante la inauguración, Joaquín Díaz recordó sus viajes por Valladolid junto a José Delfín Val, «entrevistando a los mayores y recibiendo su sabiduría natural y su patrimonio». En sus charlas, generalmente con las mujeres de la casa, conseguían que evocaran las tonadas populares. «Era el momento mágico de la tarde. Más allá del lenguaje de las palabras estaba el lenguaje de los sonidos. Un lenguaje emocional».

Junto a un piano fabricado junto a San Benito por los Hermanos García, hay una vieja estampa de Nicolás Chapuy con la puerta que se levantó a finales del XVII para celebrar la llegada de Carlos II a la ciudad. «Se pueden ver en esa obra doce espadañas, que reflejan la importancia que tuvieron las campanas en la vida diaria de Valladolid», subrayó en la inauguración nuestro protagonista.

Finalmente ponemos a vuestra disposición la posibilidad de consultar y descargar el fantástico catálogo de la exposición.

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