La Sala Francisco Cossío de la vallisoletana Casa Revilla acogió el pasado jueves 2 de octubre la presentación de «Paseando por la memoria – Valladolid anotado«, nuevo libro escrito por Joaquín Díaz que ofrece un recorrido literario y emocional por la ciudad a través de recuerdos personales, crónicas históricas y reflexiones culturales.
Jesús Julio Carnero, alcalde de Valladolid, subrayó durante el evento la relevancia de esta obra dentro de la extensa bibliografía de su autor. «Joaquín Díaz no solo nos ofrece un libro, nos entrega una mirada íntima que une pasado y presente. Nos recuerda que Valladolid es más que calles y monumentos: es la suma de todas las vidas, historias y voces que la han construido», indicó.
Asimismo, elogió la capacidad del escritor para entrelazar lo personal con lo colectivo, poniendo en valor la memoria de la ciudad como herramienta para comprender el presente y proyectar el futuro. «Gracias a Joaquín, aprendemos que la memoria es el ancla que nos mantiene unidos a nuestras raíces. Valladolid tiene en él a un cronista sensible, un Hijo Predilecto que convierte los recuerdos en patrimonio cultural compartido», apostilló.
Os ofrecemos a continuación el texto con el que Joaquín deleitó a los asistentes durante la presentación de su libro.
También intervino en el acto el historiador del arte Jesús Urrea, autor del prólogo de la obra, y -como es lógico- el propio Joaquín Díaz, quien compartió con el público pasajes y evocaciones que invitan a recorrer la ciudad con otra mirada. Vemos a ambos en la fotografía ubicada bajo estas líneas.
El libro, estructurado en crónicas breves a modo de anotaciones, recupera anécdotas, lugares y personajes que marcaron la evolución de Valladolid, desde los teatros y cafés del primer cine hasta los puentes, comercios y fábricas que transformaron su fisonomía urbana.
«Hoy celebramos no solo un libro, sino una manera de entender nuestra ciudad: como un lugar lleno de vida e historia que merece ser contado y preservado. Gracias, Joaquín, por regalarnos este paseo literario que será huella y enseñanza para todos los vallisoletanos», concluyó el alcalde.
Nosotros lo hacemos publicando a continuación el prólogo de esta sugerente obra, que puedes adquirir pinchando aquí.
Prologar un trabajo de Joaquín Díaz González resulta cuanto menos comprometido pues siempre uno se quedará corto a la hora de sorprenderse, analizarle y admirarle. De cualquier cosa –es un decir–, sabe construir todo un mundo, abrir perspectivas nuevas o distintas, fijar la atención en asuntos inadvertidos, o fomentar la curiosidad.
Paseando por la memoria no es un ensayo, como podría hacernos creer su título, ni tampoco una novela. Los veintiséis pequeños estudios que ha elaborado su autor para esta ocasión reflejan la variedad del espectro temático que maneja solo en el campo de lo que simula ser anecdótico pero que, sin embargo, no lo es, debido a la densidad que esconde cada uno de ellos.
En realidad, la suma de esta nueva aportación a su extensa bibliografía constituye los mimbres de un armazón que se me antoja inabarcable si se quisiera concluir, aunque no creo sea esa la intención del autor. El mero repaso de los títulos que se suceden en el índice ya atrae la curiosidad, pues si algunos pocos permiten adivinar su contenido, en cambio la mayoría animan a desentrañar su argumento y todos, una vez leídos, nos dejan con ganas de saber mucho más. Es como si quisiera dejarnos la miel en los labios, una auténtica provocación.
Son nuevas pinceladas, como otras muchas que ha aplicado Joaquín en su dilatada producción, siempre repleta de matices literarios, científicos, técnicos, o didácticos; aportando, enseñando, o divulgando, sin pausa y con pasión. Su entusiasmo acaba siendo contagioso. Además, en esta ocasión, incluye vivencias y recuerdos personales que permiten conocerle mejor y avivan las nuestras compartidas por coetáneas.
De esta forma, se aproxima al lector y le hace partícipe de la memoria de su infancia o juventud. Más que un «Valladolid anotado» como indica el subtítulo acaba siendo un «Valladolid recordado», para muchos seguramente desconocido, pero puesto en pie gracias a la habilidad de su narrativa histórica que nos permite disfrutarlo mejor. Personajes, religiosidad popular, costumbres, refranes, paisajes urbanos, tradiciones, cafés, teatro, cine, música, comercio, tragedias, inventos y novedades, moda, sociedad, son algunos de los temas que se asoman por las páginas del libro, que debe ser leído con atención por todo aquel que se sienta vallisoletano o tenga aspiraciones de serlo, aunque su contenido solo sean fogonazos iluminados por el lenguaje de las palabras, el sentido común de las sabias reflexiones salpicado, muchas veces, de ironía y espíritu zumbón.
Joaquín, por favor, esperamos nuevos capítulos de esa enciclopedia de la vida pasada que tan bien manejas.
Jesús Urrea









